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Aspectos filosóficos del KAIZENDO (KAISENDO)
La filosofía de las artes marciales está profundamente arraigada en tradiciones antiguas y en diversas culturas de todo el mundo. Aunque las artes marciales a menudo se asocian con la lucha física, también encarnan una serie de valores y principios éticos que trascienden la mera competencia deportiva.
Las artes marciales, con sus raíces profundas en diversas tradiciones culturales, no son simplemente técnicas de combate; son una filosofía de vida que abarca mucho más allá de la destreza física. Esta disciplina milenaria va más allá de la simple práctica de movimientos y golpes; se sumerge en un profundo océano de valores éticos, espirituales y filosóficos que buscan la armonía y el equilibrio en todos los aspectos de la existencia.
En nuestra opinion, no existe un arte marcial superior a otro, la superioridad radica en el hombre que la domina. Hemos experimentado que muchas veces en el gimnasio se enseñan técnicas alejadas de la resalidad objetiva, con las cuales el alumno se enfrenta en un combate y no puede aplicarlas, ya que son técnicas que solo son buenas en el gym y la imaginacion de aquellos que las hallan inventado para deslumnbrar a los no conocedores y así de esta manera obtener ventajas economicas del alumno.
El Kaisendo, esta concebido como un arte de combate, en la cual se prepara al alumno para su autodefensa y que sea capaz de neutralizar una accion agresiva a corto plazo, sin necesidad de una gran dote de cualidades fisicas.
Las artes marciales tienen sus raíces en las filosofías orientales, y tres corrientes principales han influido significativamente en su desarrollo: el taoísmo, el confucianismo y el budismo. El taoísmo aporta la idea de fluir con el camino natural, adaptarse al entorno y encontrar equilibrio en todas las cosas. El confucianismo enfatiza la ética, la moral y el respeto a la autoridad y a los demás. Mientras tanto, el budismo proporciona la noción de la iluminación y la superación de las pasiones para alcanzar la paz interior.
Uno de los conceptos mas valiosos de la filosofia oriental se cristaliza por la japonesa Nyuanshin, traducida comunmente por “mente del principiante”, «初心» (shoshin). Se refiere a la actitud receptiva y abierta para el aprendizaje, esperando y aceptando las enseñanzas durante el entrenamiento, Mente receptiva, podria ser mas apropiado, que la literal “Mente del principiante”, pues como aseguran muchos maestros, los nuevos estudiantes tienen con frecuencia conceptos preconcebidos que necesitan disiparse antes de comenzar el aprendizaje.
La idea detrás de este concepto es mantener una actitud abierta, receptiva y sin prejuicios, similar a la de un principiante, incluso cuando se ha alcanzado un nivel avanzado en algún campo. Se enfatiza la disposición a aprender y a ver las cosas con una perspectiva fresca.
Autodisciplina y Desarrollo Personal
Las artes marciales fomentan la autodisciplina como medio para alcanzar metas tanto dentro como fuera del tatami. Los practicantes aprenden a controlar sus emociones, a resistir la tentación de la agresión innecesaria y a mantener la calma en situaciones difíciles. Esta autodisciplina se extiende a la vida cotidiana, promoviendo la responsabilidad personal y la mejora continua.
El Camino (Do) y la Búsqueda de la Perfección
En muchas artes marciales, la palabra «do» se utiliza para denotar un camino o una vía. Por ejemplo, el «Bushido» en el Japón medieval era el camino del guerrero, el Karatedo, nos habla del camino de la mano vacía; el Judo como el Aikido son artes marciales japonesas que tienen sus propias filosofías y enfoques, aunque comparten algunas similitudes en sus orígenes y técnicas.
El Judo se traduce como «el camino suave» o «el camino de la flexibilidad». Fue desarrollado por Jigoro Kano a fines del siglo XIX y se basa en las técnicas de Jiu-jitsu. Kano quería crear un arte marcial que se centrara en la eficacia y la educación física y mental.
La filosofía del Judo se basa en el principio de utilizar la fuerza y el movimiento del oponente en lugar de resistirlo directamente. Se enfoca en proyectar al oponente al suelo mediante agarres y lanzamientos (proyecciones). Además, promueve el desarrollo del carácter, la autoestima y el respeto mutuo.
El Aikido, se traduce comúnmente como «el camino de la armonía con el espíritu». Fue desarrollado por Morihei Ueshiba, también conocido como O Sensei, en la primera mitad del siglo XX. Ueshiba creó un arte marcial que integraba técnicas efectivas, con una filosofía espiritual.
La filosofía del Aikido se centra en redirigir la fuerza del oponente y neutralizar el ataque sin causar daño innecesario. Se basa en principios de fluidez, armonía y respeto. La idea es lograr la resolución pacífica de conflictos y el desarrollo espiritual.
En resumen, mientras que el Judo se enfoca en la eficacia y la flexibilidad física, el Aikido va más allá, buscando la armonía no solo en el combate físico, sino también en el desarrollo espiritual y la resolución pacífica de conflictos. Este «do» implica una búsqueda constante de perfección, tanto física como mental. Los practicantes se esfuerzan por mejorar sus habilidades técnicas y su carácter a lo largo de toda su vida, creyendo que la verdadera maestría nunca se alcanza por completo.
El Dojo, debería de ser un lugar donde todos los artistas marciales entrenaran y practicaran sus técnicas de combate o lucha, pero muchos artistas marciales, parecen haberlo olvidado para la inmensa mayoría, el Dojo es un lugar donde ellos ponen en práctica su tradicional y fútil técnica de combate. Esas técnicas son bastante complejas, con demasiado riesgo y demasiado ornamentales, es decir poco prácticas a la hora de repeler un ataque en la calle, bajo la concepción moderna de la Defensa personal.
Cuando miramos dentro de un Dojo, uno puede ver a un artista marcial trabajando su sus Katas, bajo una cadente armonía y danza acrobática. Esta forma de danza son bastantes impresionantes, y pueden realmente calar profundamente ante una multitud de espectadores, pero, sin embargo, su efectividad y aplicabilidad en un combate real es un tanto cuestionable. En el dojo el estudiante se encuentra entre su compañero y su instructor o Maestro. El estudiante se encuentra en una atmósfera confortable y tranquilizadora, allí no hay peligro físico aparente, aunque pueda darse en momentos muy puntuales a la hora de ejecutar una técnica mal realizada y sin control.
La realidad se encuentra en la calle, en su casa, en el coche, estando de compra, etc. En las calles se juega con distinta pelota que, en el Dojo, Las calles son inseguras, impredecibles y peligrosas.
Cuando uno se encuentra en una situación de defensa propia en la calle, uno debe de ser cauteloso y rápido a la vez que preciso y contundente, para salir airoso. Sí uno debe defenderse ante un peligro, un artista marcial debe usar las técnicas más efectivas, para neutralizar y derrotar al agresor.
Cuando digo que un artista marcial debería de usar las técnicas más efectivas, significa, que debería parar en un instante al atacante en su intento de agresión.
Cuando digo que un artista marcial, debería de usar técnicas eficaces, quiero decir, que debería ser directo y rápido. No debe haber perdida de tiempo innecesario, ni de acciones. Conservar la energía en una situación real de defensa propia, es de vital importancia, al igual que mantener una respiración relajada.
Los artistas marciales deben de desarrollar y entrenar sus técnicas ofensivas con el máximo de exactitud, velocidad y fuerza, para repeler con el máximo de eficacia las agresiones violentas.
Estos patrones de técnicas, están basados en la economía de esfuerzos, no son espectaculares o fantasiosas
Hablemos de algunos de los valores que están incluidos en formación integral dentro del Sistema KAIZENDO:
Disciplina:
El KAIZENDO, requiere una práctica constante y una dedicación rigurosa para mejorar las habilidades. La disciplina en la formación se extiende a otras áreas de la vida, como el trabajo, los estudios y las relaciones personales.
Respeto y Ética
Una de las piedras angulares de la filosofía de las artes marciales es el respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Los practicantes aprenden a valorar la vida y a ser conscientes de la responsabilidad que conlleva poseer habilidades que podrían causar daño. El código ético de las artes marciales, que varía según la disciplina, a menudo incluye conceptos como la honestidad, la integridad, la humildad y la compasión.
El respeto es fundamental en KAIZENDO, tanto hacia los maestros y compañeros de entrenamiento como hacia uno mismo. Se enseña a tratar a los demás con cortesía y a valorar la integridad y el esfuerzo de cada individuo.
Respetar es, por encima de todo, situarse en determinado lugar o situación, sin sobrepasar sus límites o barreras. Esto significa la conciencia de derecho y deber. Saber de los derechos y deberes es un factor fundamental para la formación del carácter de una persona. En todo se incluye la noción del derecho ajeno, pues debemos también saber los derechos y deberes de las otras personas a nuestro alrededor, para que no haya choque o interferencia de éstos. Esto es respetar al prójimo, es comprender sus derechos y los de los demás, procurando nunca interferir o enfrentarse con ellos, a menos que le sea cedido el espacio para ello de las otras personas a nuestro alrededor, para que no haya choque o interferencia de éstos. Esto es respetar al prójimo, es comprender sus derechos y los de los demás, procurando nunca interferir o enfrentarse con ellos, a menos que le sea cedido el espacio para ello.
Humildad: Aunque los practicantes de artes marciales pueden alcanzar niveles avanzados de habilidad, se les enseña a mantener la humildad y a reconocer que siempre hay más por aprender. Esta actitud ayuda a evitar la arrogancia y fomenta un enfoque de aprendizaje continuo en la formación del KAIZENDO.
Autocontrol: En el KAIZENDO enseñamos a los estudiantes a controlar sus emociones y acciones, tanto dentro como fuera del Dojo. El autocontrol es fundamental para evitar la violencia innecesaria y para mantener la calma en situaciones desafiantes.
Perseverancia: El camino del KAIZENDO, está lleno de obstáculos y desafíos, pero la perseverancia es esencial para superarlos. Los practicantes aprenden a enfrentar la adversidad con determinación y a no rendirse ante las dificultades.
Honestidad: La honestidad con uno mismo y con los demás es un valor fundamental dentro del Sistema KAIZENDO. Se alienta a los estudiantes a ser sinceros sobre sus habilidades y limitaciones, y a mantener la integridad en todas sus acciones.
Paciencia: Dominar el KAIZENDO requiere tiempo y paciencia. Los estudiantes aprenden a desarrollar una mentalidad paciente y a entender que el progreso es gradual y requiere esfuerzo constante a lo largo del tiempo.
Empatía: A través del entrenamiento en el KAIZENDO, los practicantes desarrollan una mayor empatía hacia los demás al comprender las experiencias y desafíos compartidos en el camino del aprendizaje.
Estos valores no solo son aplicables dentro del contexto de las artes marciales y en el KAIZENDO, sino que también tienen un impacto positivo en la vida diaria de quienes las practican, ayudándoles a convertirse en individuos más equilibrados, éticos y respetuosos en su interacción con el mundo que les rodea.
¿CÚAL ES LA FILOSOFÍA DEL KAIZENDO?.
KAIZENDO, es una palabra japonesa que se compone de tres Kanjis, (改善道), cuya traducción directa sería “el camino de la mejora continua, “por lo tanto, Kaisendo se refiere a un sistema integral de mejora continúa basado en la defensa personal, en que las pequeñas, pero constantes mejoras, acumulan tras de sí grandes beneficios a largo plazo.
Kai (改)en japonés, significa cambio o “la acción de enmendar”, Zen,(善), en japonés, significa ‘bueno’ o ‘beneficioso’, y Do (道),que significa camino o vía, Así pues, Kaizendo, significa el “camino de la mejora continua”, debido a su carácter flexible y dialéctico .
El Sistema Integral Kaizendo, surge por la necesidad de integrar las técnicas más efectivas de las Artes Marciales más ancestrales, en un solo Sistema de la Defensa Personal, sobre la base de sus principios técnicos, físicos, éticos y morales.
Consiste en un sistema de entrenamiento con base científica y pedagógica que se nutre de las Artes Marciales, tanto tradicionales como modernas. Es un sistema mixto, donde se utiliza fundamentalmente las extremidades, y algunas veces con la participación de otros medios técnicos y diversos utensilios, contra diferentes tipos de ataques en diferentes situaciones y escenarios, tanto físicos como psicológicos.
Cuando se hace referencia al término “Defensa Personal”, no se refiere a las artes marciales modernas, tales como el Judo, Karatedo, Jiu Jitsudo, las “Gendai Budo” pues estas por lo general derivan hacía el área deportiva, y competitiva.
El término Gendai budō (現代武道) significa «artes marciales modernas» en japonés, en contraposición al concepto Koryū budō (古流武道), que puede traducirse como «artes marciales antiguas o clásicas».
El concepto de Gendai budō engloba diversas artes marciales tradicionales y deportes de combate con y sin armas, tales como: karate-dō, judo, iaidō, kendō, kyūdō, jōdō, jūkendō, aikido, naginatajutsu, kobudō y otras surgidas tras la restauración Meiji (1868) en Japón a finales del siglo XIX y principios del XX. Estas artes marciales buscan trascender la muerte del adversario, proporcionando a sus practicantes un entrenamiento ético y una filosofía de vida al tiempo que cultivan la parte física, el cuerpo (Soma); y utilizarse para la autodefensa civil.
En la Defensa Personal Kaizendo, los movimientos y su ejecución deben ser relativamente sencillos y eficaces para salir airosos ante una agresión violenta en la mayoría de los casos, independientemente de la condición física y edad del practicante, con movimientos naturales y lógicos del cuerpo.
CÓMO PROCEDER DENTRO DEL DOJO
Anteriormente hemos hablado de los valores que emanan de la práctica de las artes marciales y por consiguiente del KAIZENDO, pues bien, basándonos en esos valores, cuando nos encontremos dentro del Dojo, deberemos mantener el silencio.
El silencio debe estar presente durante toda la clase, salvo en las explicaciones del maestro, del instructor, cuando se pueden aclarar dudas, así como en los momentos con la intención de relajación y diversión.
Conserva siempre el interior en calma; cualquiera que sea la situación, tu calma debe estar siempre aparente. No desperdicies las conversaciones dentro del dojo. Aprovecha al máximo tu tiempo de aprendizaje.
El Respeto, tanto hacia los maestros y compañeros de entrenamiento como hacia uno mismo. Se enseña a tratar a los demás con cortesía y a valorar la integridad y el esfuerzo de cada individuo.
La Humildad: Aunque los practicantes de artes marciales pueden alcanzar niveles avanzados de habilidad, se les enseña a mantener la humildad y a reconocer que siempre hay más por aprender. Esta actitud ayuda a evitar la arrogancia y fomenta un enfoque de aprendizaje continuo en la formación del KAIZENDO.
Autocontrol: En el KAIZENDO enseñamos a los estudiantes a controlar sus emociones y acciones, tanto dentro como fuera del Dojo. El autocontrol es fundamental para evitar la violencia innecesaria y para mantener la calma en situaciones desafiantes.
Perseverancia: El camino del KAIZENDO, está lleno de obstáculos y desafíos, pero la perseverancia es esencial para superarlos. Los practicantes aprenden a enfrentar la adversidad con determinación y a no rendirse ante las dificultades.
Honestidad: La honestidad con uno mismo y con los demás es un valor fundamental dentro del Sistema KAIZENDO. Se alienta a los estudiantes a ser sinceros sobre sus habilidades y limitaciones, y a mantener la integridad en todas sus acciones.
Paciencia: Dominar el KAIZENDO requiere tiempo y paciencia. Los estudiantes aprenden a desarrollar una mentalidad paciente y a entender que el progreso es gradual y requiere esfuerzo constante a lo largo del tiempo.
Empatía: A través del entrenamiento en el KAIZENDO, los practicantes desarrollan una mayor empatía hacia los demás al comprender las experiencias y desafíos compartidos en el camino del aprendizaje.
Estos valores no solo son aplicables dentro del contexto de las artes marciales y en el KAIZENDO, sino que también tienen un impacto positivo en la vida diaria de quienes las practican, ayudándoles a convertirse en individuos más equilibrados, éticos y respetuosos en su interacción con el mundo que les rodea.
Educación: debe ser prioritaria dentro de cualquier Dojô. Su falta implica la falta de respeto a Dios ya sus semejantes. Debemos siempre dirigirse a alguien de manera gentil y sincera, pues así su energía fluye de manera agradable, irradiando por el lugar y en las personas contenidas en él.
Esté siempre listo para comprender la necesidad de los demás y sea sensible para percibirlas. Creer siempre en su ideal y ser fuerte en su camino.
Plenitud mental y Concentración
Las artes marciales, entre ellas Kaizendo, enseñan la importancia de la atención plena y la concentración. En el combate, la falta de concentración puede llevar a la derrota. Esta lección se traduce en la vida cotidiana, donde la concentración en el presente se valora como una herramienta para enfrentar desafíos y tomar decisiones informadas.
Conclusión
En resumen, en el Kaizendo, no solo son técnicas de lucha, de aprendizaje de las técnicas, sino también un camino de desarrollo personal y espiritual. La filosofía subyacente proporciona a los practicantes una guía para vivir de manera ética, respetuosa y equilibrada. Al embarcarse en este viaje, los estudiantes del Kaizendo, no solo perfeccionan sus habilidades físicas, sino que también se esfuerzan por convertirse en individuos más completos y conscientes en todos los aspectos de la vida.
Fdo. Juan Díaz
Dr. En Ciencias de las Artes Marciales
10 Dan KAIZENDO
10 Dan Karate Jutsu